La villa del barón de Verville, Les Êtres de papier, tiene todo el sello de un juego de mesa de Cluedo: arquitectura gótica, mobiliario finlandés (siglo XIX), pasadizos secretos, personajes disparatados y todo lo necesario para cometer el crimen perfecto en los armarios. La diferencia radica en que, comparado con los ocupantes de este auténtico castillo en las colinas de La Rochelle, el coronel Moutarde parece un joven asustado. Y comparado con las maquinaciones asesinas que se gestan en Les Êtres de papier, una partida de Cluedo se siente como un baile de té en la rectoría. El problema es que el barón desapareció justo después de pedir ayuda a Jérôme. Sin embargo, nuestro detective descubre un castillo que no está ni mucho menos desierto: es sorprendente la cantidad de cosas hermosas que encontrarás allí. El hijo y la hija del Barón, pequeños impacientes, cuyas oraciones vespertinas, se supone, incluyen un verso sobre la vanidad de la fortuna y la brevedad de la vida... para papá. Mathilde, la ama de llaves, obsesionada con las puertas, prefiere que estén bien cerradas, sobre todo cuando la habitación alberga a un detective decididamente entrometido. Un mayordomo tacaño con las confidencias y un jardinero excesivamente hablador completan este vibrante cuadro. Un cuadro siempre listo para transformarse en una naturaleza muerta.

1º-2º ESO